También conocido como ChiKung | Chi es aire, respiración y, por extensión, energía vital; Kung es trabajo, técnica, labor artesanal. Por lo tanto, el chi-kung (o qigong) es la disciplina que nos enseña a trabajar con la energía del cuerpo humano para dominar la energía del universo en beneficio de la humanidad.
La práctica del chikung –basada en los mismos principios fundamentales del taoísmo y en las fuerzas universales en que se sustentan la medicina tradicional china, la meditación y las artes marciales– equilibra y armoniza el sistema energético humano, contribuye a la salud, la vitalidad y la longevidad y previene o cura la enfermedad.
Oriente y Occidente han compartido desde tiempos inmemoriales la idea de que sabiduría, poder y amor son las tres fuerzas trascendentales del universo. Las leyes que las conforman y la armonía que las sostiene constituyen el código básico para la práctica del chi-kung.
Quizá es porque nos hallamos en un momento crucial de la historia de la humanidad, en el que han quedado demostradas hasta la saciedad las devastadoras consecuencias del uso inadecuado del poder, por lo que precisamente en nuestros días se produce la revelación y difusión de la tradición china mejor guardada tras los muros de los monasterios budistas y en remotos templos taoístas: el chi-kung, un sistema, una práctica, un arte mediante el cual cada individuo se coloca en el camino de alcanzar los dos valores más codiciados por la humanidad, en todas las épocas y para todas las civilizaciones: la salud y la longevidad.